Aprovechando cada Lugar
Jugaremos sin morir en el intento
Villa El Salvador no es un gran distrito con niveles económicos altos, con las justas nos encontramos en un nivel promedio-bajo. En cada ámbito, esta gran población se las ha ingeniado para solucionar sus necesidades de manera sencilla. Pero ¿Acaso debemos conformarnos con lo que tenemos? No, siempre hay que buscar un mañana mejor.
Me gusta el deporte, especialmente el futbol; pero mi distrito no ofrece mucho de losas deportivas, complejos o estadios. ¿Deberíamos conformarnos con ello? ¡No, nosotros siempre debemos encontrar maneras para salir de apuros! En Villa El Salvador, los jóvenes de ahora, tenemos como reemplazo de losas, las calles, pistas y calles poco transitadas o, como es mi caso, los estacionamientos al aire libre ¡Todo por necesidad!
Todos los jóvenes de mi barrio salen a jugar al estacionamiento más cercano, como la losa está lejos, éste es nuestro único medio. Me acuerdo que en una ocasión tuve un conflicto con una vecina: “Era jueves 15 de febrero del presente año. Ahí comenzó todo. Como siempre salía a jugar con mis "patas" fulbito en el estacionamiento, pero ya antes habían llegado un grupo de profesores y profesoras (con su público de vecinas) para jugar vóley "con apuesta". Ya tenían cinco días seguidos jugando ellos a la misma hora. Únicamente tuvimos que retirarnos esos cinco días , a pesar de nuestras resistencias, al otro estacionamiento cercano. Empezamos a jugar, pero a los cinco minutos, salió de su ventana una señora que empezó a botarnos y agredirnos verbalmente con palabra soeces. Yo le contesté de manera sinceramente tranquila y educada para que calme sus insultos, pero ella se amargó peor, incluso salió su esposo; los dos eran de unos 50 años. El marido también se puso grosero e incluso sacó a su perro, pero éste no me mordió, sino fue y me olió el trasero; luego se retiró. El señor se amargó y ellos se metieron a su casa. Al siguiente día jugamos en el mismo lugar, igualmente salió la señora nos insultó, le contesté de la misma manera y se metió en su casa. Al tercer día igual. Pero al cuarto, la señora sacó a su hijo, éste era de unos metro ochenta, me insultó y me agredió, pero no le contesté el golpe; sólo lo calmé hablándole. El tipo se fue amargo. Al día siguiente, viajé a Trujillo... habrán creido que me asusté... pero no fue así. Esta historia quedó atrás, como recuerdo del verano y espero que no se vuelva a repetir esto, pero ¡Ahora si estaré preparado!”
Gracias a mi vivencia en la calle de este verano, aprendí que en Villa El Salvador, necesitamos más lugares donde hacer deporte, un lugar de esparcimiento para relajarnos de la presión de nuestros deberes escolares . Y que el estacionamiento debe pasar a ser un mal recuerdo en nuestras experiencias deportivas... ¡Más losas pues, señor alcalde de Villa!
Por J. Chosei Tako Q.